Es Paulo Coelho quien me cautivó con esta hermosa reflexión. Cuando veo este video siento una gran paz interior. No siempre hay que ser niño o adolescente para ver y/o escuchar lo capaces que somos para llegar a la cima. Las caídas duelen pero se disfruta volver a estar de pie, sacudirte el polvo, levantar la frente y caminar sin mirar atrás.
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